Las semillas de equinácea son muy utilizadas en la medicina natural por diversidad de motivos, especialmente en el tratamiento de gripes, resfríos y otras infecciones virales, así como también en el cuidado de la piel. Esto se debe a que esta parte de la planta preserva la mayoría de los compuestos químicos necesarios con fines medicinales.
Para utilizar las semillas de equinácea para tratar el herpes, debemos que recogerlas de las flores. En otoño, encerramos las cabezas de las flores en bolsas de papel. De esta forma, la semilla caerá sobre el papel, y luego debemos dejarla 10 días para que seque bien.
Puedes utilizarla en forma de infusión, cataplasma o tintura. Para preparar el té necesitas poner un puñado de semillas de equinácea en 250 mililitros de agua hirviendo, dejar por 10 minutos y beber. No se deben tomar más de 3 tazas al día por un período de 2-3 meses.
¿Por qué funcionan con el herpes? Primero, porque fortalece el sistema inmune, ayudando a luchar contra los virus. En segundo lugar, porque calma la piel, reduce la inflamación de la misma y elimina las bacterias de los tejidos fácilmente.
OTROS BENEFICIOS DE LAS SEMILLAS DE EQUINÁCEA
Además, de tratar el herpes, las semillas de equinácea son útiles en el tratamiento del acné y otras afecciones de la piel con carácter infeccioso.
Debemos puntualizar que este apelativo no es del todo correcto, pues la planta no mata por sí misma las bacterias como un antibiótico clásico, sino que estimula nuestro organismo para luchar más y mejor contra las infecciones que éstas provocan. Además de ser muy beneficiosa para potenciar nuestro sistema inmunológico, tiene otros efectos positivos sobre la salud que han sido comprobados científicamente desde hace décadas:
- Acción antiséptica: aumenta la resistencia de la piel contra el ataque de bacterias, virus y hongos.
- Acción antiinflamatoria: ofrece excelentes resultados en la cura de pacientes afectados de artritis crónica y reduce aproximadamente un 22% la inflamación articular. Además, al contrario que otros antiinflamatorios, la equinácea no provoca acidez estomacal.
- Acción cicatrizante: ayuda a restaurar los márgenes de heridas abiertas. Además, es muy eficaz en el tratamiento por vía externa de úlceras, forúnculos, infecciones cutáneas y sabañones, reconstituyendo el tejido lesionado.
- Acción antioxidante: protege el colágeno de nuestra piel de la acción dañina de los radicales libres y del oxígeno.
- Acción antitumoral: su uso para combatir el cáncer está actualmente en fase de estudios y discusión; pero parece ser que contiene arabinogalactano, un principio activo que estimula la destrucción de células tumorales.
EFECTOS SECUNDARIOS
Ten en cuenta que si eres alérgico a esta planta o a alguna de la familia, deberías evitarla. También ten en cuenta, a la hora de comprar suplementos con semillas de equinácea, que muchos pueden tener un montón de aditivos que terminan siendo perjudiciales.
La equinácea no está hecha para ser tomada a largo plazo, ya que podemos experimentar náuseas y vómitos, dolor de garganta, mareos, insomnio y desorientación. No la utilices si sufres de una enfermedad autoinmune.
No hay comentarios:
Publicar un comentario