Tener los dientes blancos es un tema fundamental de salud bucal. Además de los cuidados que solemos tener habitualmente con nuestra dentadura, no está de más una ayuda extra y si es natural mejor.
Ingerir una zanahoria cruda al día, bien limpia y pelada es una ayuda increíble a la hora de mantener la blancura de nuestra dentadura. Además, es un producto muy beneficioso para nuestras la salud de nuestras encías y si luego de cepillarnos, nos frotamos los dientes con una zanahoria, lograremos una sonrisa brillante.
A la hora de cuidar de la blancura de los dientes el bicarbonato de sodio es una herramienta imprescindible, aunque debe usarse con precaución, pues si lo frotamos puede dañar la placa, por lo que la mejor solución es hacer un enjuague bucal con una cucharadita de este producto posteriormente a cada cepillado. También es excelente para curar y prevenir el sangrado de las encías.
Antes de irte a dormir puedes hacer lo siguiente: cepíllate los dientes como todas las noches y luego frótalos con una mezcla de hojas de salvia y una rodaja de naranja (puedes cortarlo todo muy pequeño o hacer una pasta en un mortero). en pocos días notaras la diferencia.
También es bueno frotarse los dientes con hojas de albahaca, que además de ser un blanqueador natural, resulta un antiséptico muy bueno y combate la placa bacteriana y previene de manera completamente natural la halitosis (el mal aliento).
La cáscara del banano resulta muy efectiva a la hora de recuperar el color blanco y sobretodo el brillo natural de nuestra dentadura. Para lograrlo, debemos restregar el interior de la piel de dicha fruta por nuestros dientes durante un mínimo de 30 segundos. Los sorprendentes resultados se verán en pocos días.